¿Sabes qué son los alimentos funcionales?
Probablemente hayas escuchado o leído sobre los
alimentos funcionales y la salud, pero si no tienes una idea exacta de lo que
significa el término “alimento funcional” o de los beneficios que aporta. Aquí
te lo explicamos.
La Academia Americana de Nutrición y Dietética
define a un alimento funcional como aquel que, además de su aporte nutritivo,
ofrece beneficios adicionales a la salud que podrían ayudar a reducir el riesgo
de desarrollar alguna enfermedad o ayudan a promover la buena salud en general.
Y con seguridad, en tus visitas al supermercado, habrás visto en las cajas y en
los empaques de varios alimentos, unas etiquetas que proclaman que sirven para
reducir el colesterol, beneficiar la salud cardíaca o ayudar al proceso
digestivo, por dar algunos ejemplos.
Algunos alimentos proporcionan los beneficios de
manera natural, como la avena, que como es alta en fibra soluble, ayuda a
reducir los niveles del colesterol. Otros alimentos se han modificado por el
fabricante, como el jugo de naranja, en que se le enriquece con calcio para
favorecer la salud de los huesos.
Si tenemos en cuenta que todos los alimentos
aportan al organismo ya sea la energía o los nutrientes que contienen para que
éste trabaje adecuadamente, por definición todos caerían bajo el rótulo de
“funcionales”. Entonces, ¿de dónde se originó este término? El gobierno
japonés fue el primero, en establecer una clasificación de alimentos llamados
funcionales, ya sea convencionales o modificados, que ofrecían beneficios a la
salud más allá de la nutrición básica en 1980. Sin embargo, hasta el
momento, no existe una definición ni legal ni oficial del término. En los
Estados Unidos, por ejemplo, la Administración de Medicamentos y Alimentos (FDA
por sus siglas en inglés) clasifica y regula a los alimentos de la manera
siguiente:
Alimentos convencionales: como los granos
integrales, las frutas, las nueces y vegetales.
Alimentos modificados o enriquecidos: como el
yogur, los cereales o el jugo de naranja.
Alimentos medicinales, entre los que se incluyen
fórmulas especiales de alimentos y bebidas para ciertas condiciones de salud.
Alimentos que responden a ciertas necesidades
dietéticas, como la fórmula infantil o alimentos que no producen alergias.
La mayoría de las personas, si siguen una dieta
variada que incluya alimentos de las diferentes categorías, puede cubrir sus
necesidades nutricionales diarias. Pero aunque todos alimento tiene su aporte
particular a la dieta, hay grupos que se han ganado su reputación como
alimentos funcionales:
Anteriormente mencionamos a la avena, que
en su forma integral es una excelente fuente defibra
soluble. Al reducir los niveles de colesterol de baja densidad o “malo”,
contribuye a una mejor salud cardíaca.
El ajo es uno de los condimentos más
usados en la cocina. Pero se le valora no solamente por el sabor que añade a
las comidas. El ajo fresco por su contenido de alicina le ha dado fama de
reducir la presión arterial, el
colesterol y ayudar a prevenir algunos tipos de cáncer, como el cáncer
de estómago y el colorrectal.
Las nueces,
las almendras y los cacahuetes (cacahuates o maní) contienen antioxidantes
y son ricos en ácidos grasos que benefician
la salud del corazón.
Pescados
azules o grasos: entre ellos se encuentran el salmón, la macarela, las
sardinas y la tuna. Su alto contenido de omega 3 contribuye a reducir la
inflamación de los vasos sanguíneos y las articulaciones, favorece la salud
cardíaca y reduce el riesgo de desarrollar condiciones crónicas como la
artritis. Además, contribuye a mejorar las funciones cognitivas y la memoria.
La familia de las bayas, por su parte,
entre las que se incluyen las
fresas o frutillas, las moras y el
arándano también es rica en fibra y en flavonoides, lo que favorece el
control del colesterol y la salud cardíaca.
Las legumbres,
entre las que se encuentran las habas, los guisantes (chícharos y arvejas),
lentejas, frijoles (porotos, habichuelas) son una excelente fuente de fibra por
lo que se asocian con una buena salud del corazón y un mejor control de la
diabetes.
Las personas con necesidades alimenticias
especiales o que sigan una dieta que excluya grupos de alimentos, como los
vegetarianos, los niños en pleno desarrollo, las mujeres embarazadas y los
ancianos pueden beneficiarse de productos enriquecidos o fortalecidos.
Pero es importante obtener la información de fuentes con bases científicas correctas
y no dejarse guiar por promesas fáciles o por la publicidad. Te aconsejo
que leas la lista de ingredientes del producto y que verifiques que el
ingrediente activo que promete el beneficio aparezca al principio de la misma.
Tampoco te dejes impresionar por el simple rótulo de “fortalecido”. Un cereal
de grano integral fortalecido con calcio y vitaminas está bien, pero hay comida
de bajo contenido nutritivo y con alto contenido en azúcares o en grasa, que
por muy fortalecida que parezca en el envase no te beneficia.
Ten siempre presente que no existen alimentos ni
malos ni buenos, sino hábitos alimenticios buenos o malos. Por eso, una
dieta variada y balanceada, es la clave para una buena salud, junto con el
ejercicio y el descanso adecuado. Los alimentos (que llaman) “alimentos
funcionales” pueden formar parte de tu dieta, pero solamente como parte del
conjunto, no como protagonistas o como soluciones infalibles o varitas mágicas
para resolver problemas de salud.
Finalmente recuerda que, en realidad, si tu
dieta es sana y balanceada, tus alimentos son funcionales (no necesitan
etiquetas especiales) ya que te están proporcionando lo que necesitas
incluyendo todas las vitaminas y los nutrientes que tu cuerpo necesita.
Posted in Dieta y Nutrición.
Imagen © Thinkstock / LongQuattro
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