Lunes 28 Abril 2014
Santa
Gianna Beretta
Gianna
nació el 4 de octubre de 1922 en Magenta, Italia. En una familia con 13
hermanos, se orientó a la profesión de médica, que era una tradición de
familia, y se casó en 1955 con Pietro Molla, ingeniero industrial también
militante de Acción Católica. Estaba decidida a formar una familia cristiana y
combinar su vida familiar, profesional y apostólica en su proyecto de vida.
Ingresó a
la Acción Católica Italiana desde muy joven, en 1943, y sirvió a sus hermanos a
través de distintos cargos, en el campo estudiantil y parroquial. A los 39 años, embarazada de su cuarto hijo,
comenzó a tener complicaciones de salud. Hoy, su marido de 82 años lo recuerda
con detalles: «Durante el cuarto embarazo, en septiembre de 1961, apareció un
gran fibroma en el útero, por lo cual –a los dos meses y medio- se hizo
necesaria una intervención quirúrgica.
Este fue
el inicio de su holocausto. Fidelísima a sus principios morales y religiosos,
dispuso sin dudar que el cirujano se ocupase primero de salvar la vida de su
criatura». En vísperas del parto no
dudó en reunir junto a su lecho al marido y a los médicos para decirles: «Si
deben elegir entre el niño o yo, ni lo duden: elijan, y se los exijo, al niño.
¡Sálvenlo!». Con estas convicciones
profundas y sabiendo lo que le esperaba –Gianna era pediatra- entró en la
clínica de Monza y el 20 de abril de 1962, Viernes Santo, tuvo a su hija, Gianna Manuela. La hasta hoy
beata falleció ocho días después.
El Papa
Juan Pablo II la declaró venerable en julio de 1991 y el 24 de abril de 1994,
en su beatificación, la propuso como modelo para todas las madres.
Oremos
Himno
Un amor
casto y puro
Calladamente:
Más grande que la vida
Y que la
muerte. Dulce su casa,
Y su
marido en ella Se contemplaba.
Era su
amor de madre Como una rosa:
Pétalos
de fragancia Y espinas rojas.
Y era su
seno Un arrullo de lirios Y de silencios.
Olor a
roja viña Y a tierna hogaza:
Y su mano
prudente Acariciaba
Sus dedos
limpios Iban tejiendo lana Para sus hijos.
Y Dios
desde su cielo Se sonreía,
Por la
casta frescura De fuente limpia.
Amor
callado Que vestía al Cordero De rojo blanco.
Amén
Concédenos,
Señor, un conocimiento profundo y un amor intenso a tu santo nombre, semejantes
a los que diste a Santa Gianna Beretta, para que así, sirviéndote con
sinceridad y lealtad, a ejemplo suyo también nosotros te agrademos con nuestra
fe y con nuestras obras. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Santo(s)
del día
Santa
Gianna Beretta
San Luis
María Grignion de Montfort
San Pedro
Chanel
Beato
Luquesio
Santa
Valeria
San
Marcos Altino
Santa
Teodora Alejandría
San
Afrodisio
San
Polión
San
Patricio Bitinia
San
Prudencio
San
Pánfilo Valva
Santa
Proba
San
Artemo
Beato Novello
San
Africo
San Vidal
Rávena
Beata
María Luisa
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