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Domingo 18
Noviembre 2012
Santa Rosa
Filipina Duchesne
__ DÍA 323
__SEMANA 47 __
Rosa
FILIPINA DUCHESNE nació el 29 de agosto de 1769 en Grenoble, Francia. Fué
bautizada en la iglesia de San Luis, y le dieron el nombre de San Felipe
apóstol, y el de Santa Rosa de Lima, primera santa del nuevo continente.
Educada en el Convento de la Visitación de Ste. Marie-d'en-Haut, y atraída por
la vita contemplativa, entró en ese monasterio a los 18 años.
La comunidad
se dispersó durante la Revolución Francesa. Filipina regresó a su familia y se
dedicó a cuidar a los presos y a todos los que sufrían. Intentó reconstruir el
monasterio de Ste. Marie después del Concordato de 1801 con algunas compañeras,
pero no lo logró. En 1804 Filipina oyó hablar de una nueva congregación, la
Sociedad del Sagrado Corazón, y pidió a la fundadora Magdalena Sofía Barat ser
admitida, ofreciendo su monasterio. La Madre Barat visitó Ste. Marie en 1804 y
recibió a Filipina y sus compañeras como novicias en la Sociedad.
La vida
contemplativa alimentó en Filipina el deseo de ir a las misiones. Atraída por
la Eucaristía desde su juventud, pasó la noche de un Jueves Santo en oración.
Escribió a la Madre Barat: «Pasé la noche entera en el Nuevo Continente
llevando el Santísimo Sacramento por todas partes... Tenía que hacer tantos
sacrificios: una madre, hermanas, parientes, mí montaña ... Cuando me diga:
"Te envío", responderé en seguida: "Voy"». Sin embargo,
tuvo que esperar otros 12 años.
En 1818 el
sueño de Filipina se vió realizado. El Obispo del territorio de Louisiana
buscaba una congregación de religiosas para ayudarle a evangelizar los niños
franceses e indios de su diócesis, y Fílipina fue enviada a responder a esta
llamada. En St. Charles, cerca de St. Louis, Missouri, fundó la primera casa de
la Sociedad fuera de Francia, en una cabaña de troncos. Allí vivió todas las
austeridades de la vida de frontera: frío extremo, trabajo duro, falta de
dinero. Nunca llegó a aprender bien el inglés. Las comunicaciones eran muy
lentas: a veces no le llegaban noticias de su querida Francia. Luchó por
mantenerse estrechamente unida con la Sociedad del Sagrado Corazón en Francia.
Filipina y
otras cuatro Religiosas del Sagrado Corazón trazaron un camino. En 1820 abrió
la primera escuela gratuita al oeste del Mississippi. En 1828 había fundado ya
seis casas. Estas escuelas eran para las jóvenes de Missouri y Louisiana. Las amó
y trabajó para ellas, manteniendo siempre en el fondo de su corazón el anhelo
de ir a los Indios americanos. Cuando Filipina tenía 72 años, se abrió una
escuela para los Potowatomies en Sugar Creek, Kansas.
Aunque
muchos pensaban que Filipina estaba demasiado enferma para ir, el jesuita que
dirigía la misión insistió: "Tiene que venir: quizás no podrá hacer mucho
trabajo, pero con su oración alcanzará el éxito de la misión, y su presencia
atraerá muchos favores del cielo para la obra".
Estuvo sólo
un año entre los Potowatomies, pero su valor pionero no flaqueó, y sus largas
horas de contemplación inspiraron a los indios el llamarla " La mujer que
siempre reza ".
Su salud no
pudo resistir el régimen de vida en el poblado. Volvió a St. Charles en julio de
1842, aunque su corazón valiente nunca perdió el deseo de las misiones.
"Siento el mismo anhelo por las Montañas Rocosas que sentía en Francia
cuando pedí venir a América ... ".
Filipina
murió en St. Charles, Missouri, el 18 de noviembre de 1852, a la edad de 83
años.
Oremos
Señor Dios
todopoderoso, que de entre tus fieles elegiste a Santa Rosa Filipina Duchesne
para que manifestara a sus hermanos el camino que conduce a tí, concédenos que
su ejemplo nos ayude a seguir a Jesucristo, nuestro maestro para qeu logremos
así alcanzar un día, junto con nuestros hermanos, la gloria de tu reino eterno.
Por Nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
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