Martes 06
Noviembre 2012
San Leonardo Noblac
__DIA 311 __
SEMANA 45 __
San Leonardo de Noblac (o de Limoges)
Es uno de los santos más populares de Europa central.
En efecto; dice un estudioso que en su honor se erigieron no menos de
seiscientas iglesias y capillas, y su nombre aparece frecuentemente en la
toponomástica y en el folclor.
El mismo estudioso añade que él «despertó una devoción
particular en tiempos de las cruzadas, y entre los devotos se cuenta el
príncipe Boemundo de Antioquía que, hecho prisionero por los infieles en 1100,
atribuyó su liberación en 1103 al santo, y, de regreso a Europa, donó al
santuario de Saint-Léonard-de-Noblac, como ex voto, unas cadenas de plata
parecidas a las que él había llevado durante su cautiverio». San Leonardo de
Noblac (o de Limoges) es un santo «descubierto» a principios del siglo XI, y a
ese período remontan las primeras biografías, que después inspiraron el culto
hacia él.
Leonardo nació en Galia en tiempos del emperador
Anastasio, es decir, entre el 491 y el 518. Como sus padres, a más de nobles,
eran amigos de Clodoveo, el gran jefe de los Francos, éste quiso servir de
padrino en el bautismo del niño. Cuando ya era joven, Leonardo no quiso seguir
la carrera de las armas y prefirió ponerse al servicio de San Remigio, que era
obispo de Reims. Como San Remigio, sirviéndose de la amistad con el
rey, había obtenido el privilegio de poder conceder la libertad a todos los
prisioneros que encontrara, también Leonardo pidió y obtuvo un poder semejante,
que ejerció muchas veces.
El rey quiso concederle algo más: la dignidad
episcopal. Pero Leonardo, que no aspiraba a glorias humanas, prefirió retirarse
primero a San Maximino en Micy, y después a un lugar cercano a Limoges, en el
centro de un bosque llamado Pavum. Un día su soledad se vio
interrumpida por la llegada de Clodoveo que iba a cacería junto con todo su
séquito. Con el rey iba también la reina, a quien precisamente en ese momento
le vinieron los dolores del parto.
Las oraciones y los cuidados de San Leonardo hicieron
que el parto saliera muy bien, y entonces el rey hizo con el santo un pacto muy
particular: le obsequiaría, para construir un monasterio, todo el territorio
que pudiera recorrer a lomo de un burro. Alrededor del oratorio en honor de
María Santísima habría surgido una nueva ciudad.
Oremos
Tú, Señor, que nos has dado un modelo de perfección
evangélica en la vida ejemplar de San Leonardo de Noblac, concédenos, en medio
de los acontecimientos de este mundo, que sepamos adherirnos, con todo nuestro
corazón, a los bienes de tu reino eterno. Por nuestro Señor Jesucristo, tu
Hijo.
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