Lunes 29
Octubre 2012
San Narciso
En el día de
hoy es posible elegir entre dos obispos homónimos de la
misma época, pero de
características muy dispares.
Uno fue obispo de Jerusalén y en el año 195
contribuyó a decidir que
la Pascua se celebrase siempre en domingo.
Al parecer
murió a los ciento dieciséis años.
El
otro san Narciso, más popular, tiene una historia más enredada; quizá
fue de
origen centroeuropeo y es probable que durante la persecución de Diocleciano
tuviese que huir y se refugiara en la ciudad de Augusta o Augsburgo.
Allí se alojó en casa de «una mujer
principal, pero deshonesta», una cortesana famosa cuyo nombre era Afra
(incluida también en el santoral).
Esta además era idólatra, pero la oración de
Narciso la convirtió junto
con su madre y tres criadas suyas.
Más tarde, en unión de su diácono Félix,
llega a Gerona, que convierte
en su centro apostólico, y unos años después,
quizá en el recinto extramuros del cementerio de los fieles (se supone que
donde hoy se levanta la
colegiata de San Félix, que debe su nombre a un santo
anterior), cuando iba a celebrar misa fue asesinado con el citado diácono.
Murió a consecuencia de tres heridas en el hombro, en la garganta y en el
tobillo.
En Gerona (de donde es patrón,
además de serlo de Augsburgo) es el
santo de las moscas, ya que se dice que en
1285 de su sepulcro salieron enjambres de tábanos que con sus picaduras
mortales hicieron huir al
ejército francés invasor.
Señor, tú que colocaste a San Narciso en el
número de los santos
pastores y lo hiciste brillar por el ardor de la caridad y
de aquella fe que
vence al mundo, haz que también nosotros, por su intercesión,
perseveremos firmes en la fe y arraigados en el amor y merezcamos así
participar de su gloria. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Oremos
Señor , tú
que colocaste a San Odrano en el número de los santos
pastores y lo hiciste
brillar por el ardor de la caridad y de aquella fe
que vence al mundo, haz que
también nosotros, por su intercesión, perseveremos firmes en la fe y arraigados
en el amor y merezcamos
así participar de su gloria. Por nuestro Señor
Jesucristo, tu Hijo.
:_:__::_:_:_:_:_:_:::_:_:
_:__::_:_:_:_:_:_:_::_:_:::_
:_:_:_::_:_:_:_:_:_:_:_:_::_:_:_:_:_:_:
No hay comentarios:
Publicar un comentario