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VIERNES
14 Diciembre 2012
__ DÍA 349_ SEMANA 50_
San Juan de la Cruz
A los 21 años fue recibido como religioso en la comunidad de
Padres Carmelitas, y obtuvo el permiso de observar los reglamentos con toda la
exactitud posible sin buscar excepciones en nada. Al ser ordenado sacerdote en
1567, pidió a Dios como especial regalo que lo conservara siempre en gracia y
sin pecado y que pudiera sufrir con todo valor y con mucha paciencia toda clase
de dolores, penas y enfermedades.
Santa Teresa había fundado la comunidad de las Hermanas
Carmelitas Descalzas y deseaba fundar también una comunidad de Padres
Carmelitas que se dedicaba a observar los reglamentos con la mayor exactitud
posible. Mientras tanto nuestro santo le pedía a Dios que le iluminara un modo
de vivir tan fervoroso que lo llevara pronto a la santidad. Y he aquí que al
encontrarse los dos santos, descubrió Santa Teresa que este era el indicado
para empezar su nueva comunidad y con otros dos frailes fundó su nueva
comunidad de Carmelitas descalzos. Los envió a vivir a un convento muy pobre,
llamado Duruelo.
Al fundar su nuevo convento en Salamanca, fue nombrado como
rector Fray Juan de la Cruz, dedicándose con todas sus fuerzas al apostolado.
Dios le había concedido una cualidad especial: la de saber
enseñar el método para llegar a la santidad. Y eso que enseñaba de palabra a
personas que dirigía, lo fue escribiendo y resultaron unos libros tan
importantes que le han conseguido que el Sumo Pontífice lo haya declarado
Doctor de la Iglesia. Algunos de sus libros más famosos son: "La subida
del Monte Carmelo", y "La noche oscura del alma".
Como poeta ha sido admirado por siglos a causa de la
musicalidad de sus poesías y de la belleza de sus versos. Es muy popular su
"Cántico Espiritual".
Después de tres meses de sufrimientos muy agudos, el santo
murió el 14 de diciembre del año 1591. Apenas tenía 49 años.
Oremos
Oh Dios, que inspiraste a San Juan un amor extraordinario a
la cruz y a la renuncia de sí mismo, concédenos seguir intensamente su ejemplo,
para alcanzar la gloria eterna. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
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