sábado, 1 de diciembre de 2012

San Ermengol de Urgel

_:_:_:_::_:_:_:_:_::_:_:_:_:_::_



Sábado 03 Noviembre 2012

San Ermengol de Urgel

        

__DIA 308 __SEMANA 44__

Ermengol de “Urgell” (Nace en “Conflent”, 
en la segunda mitad del siglo X – Muere en “El Pont de Bar” 1035)
 hijo de los vizcondes de Conflent, Bernat y Guisla. Fue obispo 
de “Urgell” entre el 1010 y 1035, momento de gran importancia 
en el desarrollo histórico del condado de “Urgell” y la ciudad de 
“La Seu d'Urgell”. Es venerado como Santo por la Iglesia católica 
y es el Patrón principal de la diócesis y de los municipios de 
“La Seu d'Urgell” y “El Pont de Bar” entre otros.

El joven Ermengol se había criado en una de las familias más importantes 
de la Catalunya Vieja. Entre los personajes más destacados de su estirpe encontramos, además de su tío, abad y obispo Sal·la, hermano de su 
abuelo Isarn, vizconde de Conflent, que fundó el monasterio de Sant Benet
 de Bages.

San Ermengol fue obispo de la diócesis de Urgell entre 1010 y 1035.
 Había heredado el pontificado –Obispado- de su tío Sal·la, a la muerte
 de éste, el 29 de septiembre de 1010, del que había sido su auxiliar. 
Este acordó con su padre, el vizconde Bernat de Conflent, su sucesión 
en la cátedra episcopal a cambio de una importante cantidad de dinero, 
cien piezas de oro. Este convenio fue firmado, con toda seguridad, antes 
del año 1003. Sal·la había sido un obispo determinante en la expansión 
y posterior desarrollo de la sede pirenaica.

Ermengol, así fue Obispo de “Urgell” entre el 1010-1035, veinte y cinco años de actividad extraordinaria, espiritual y social. Su pontificado se inició con la reforma de la canónica catedralicia. Así, Ermengol la dotó con los bienes propios situados en las comarcas del “Vallespir”, “La Cerdanya” y el “Alt Urgell”.

San Ermengol, comenzó muy pronto a ejercer como obispo. De hecho, 
el año 1010, meses antes de la muerte de su tío, ya lo encontramos desarrollando sus tareas. El 6 de noviembre de 1010, suscribe, como 
obispo, la publicación sacramental del testamento de su antecesor. 
Su pontificado lo sitúa como uno de los más emprendedores obispos 
de su diócesis. Sólo accedió a la cátedra, emprendió una ambiciosa reorganización de la canónica cardenalicia, iniciada por Sal·la y aprobada definitivamente el 18 de noviembre de 1010 por los condes de Urgell, Barcelona, Cerdanya y Pallars, además de todos los obispos de la 
provincia eclesiástica de Narbona, a la que pertenecía el obispado de la 
Seu d'Urgell. Desde este momento la canonja de la Seu d'Urgell fue 
tomando relevancia y jugando un rol destacado en la vida de la Sede.

En 1001 fue a Roma, donde recibió de manos del Papa Silvestre II, 
al famoso Gerbert d'Aurillac amigo del obispo abad Oliba, y que había estudiado en el monasterio de Ripoll y, incluso en Córdoba, una bula para
 la que el obispado veía confirmadas todas sus propiedades.

El 1012 viajó de nuevo a Roma para verse con el Papa Benedicto VIII, 
el cual le confirmó todos sus bienes y límites del obispado, incluyendo el “pagus de la Ribagorza”. En 1017 consagró obispo de Roda a Borrell, el
 cual le juró fidelidad y lo reconoció como superior jerárquico. No dudó en presentarse a juicios públicos en contra de las decisiones tomadas por la nobleza del condado de “Urgell”.

La personalidad de un obispo del cambio de milenio era bastante diferente
 a la imágenes que tenemos actualmente. San Ermengol, como mucha gente 
de su época, fue un reconocido guerrero. Podríamos destacar la conquista
 y liberación de la ciudad de “Guissona” del poder musulmán en el año 
1024, contribuyendo a su reedificación, lo que suponía también hacer retroceder la frontera sur de su obispado de la opresión musulmana que entonces sufría y devolver la libertad a los cristianos. La búsqueda de 
terrenos en el sur, más fértiles y con un clima más agradable, fueron una constante del momento. Esta y otras conquistas comportaron la necesidad 
de llevar a cabo toda una serie de obras de ingeniería y comunicaciones que dieron mucha popularidad al obispo. Una de las más reconocidas fue la vía 
de comunicación con el sur, con la construcción del paso de los “Els Tres Ponts”, que facilitaron el acceso a la plana de Urgell. Paralela al desarrollo de infraestructuras, Ermengol también llevó a cabo directa o indirectamente, la construcción de una serie de templos, como “San Julián de Coaner” o 
“San Pedro de la Portella”. Dentro de este apartado, cabe destacar la construcción de la iglesia de San Pedro (actual San Miguel), adosada al claustro de la Catedral de la Seu d’Urgell y que es la única construcción
 que conservamos integramente de su época. También destaca la catedral nueva -la tercera-, la “Catedral de la Seu d'Urgell”, la primera románica, consagrada por su sucesor, Eribau, el 23 de octubre de 1040, -que no
 pudo consagrar personalmente el Santo porque murió de accidente -San Ermengol no pudo ver nunca su gran obra, había muerto casi cinco años antes, el 3 de noviembre de 1035, al caer de un andamio mientras revisaba
 la construcción de un puente en Bar sobre el río Segre (la actual villa de 
“El Pont de Bar”). Hay muchas otras construcciones en la misma villa de 
“La Seu d'Urgell”: las capillas de Santa Eulalia, de San Francisco de Asís
 y de San Miguel, el antiguo Palacio Episcopal y el Hospital de los Pobres, ambas construcciones cerca de la actual Catedral –la nueva-.

También contribuyó y actuó personalmente en la mejora de las vías de comunicación de su obispado. Así, el Pont de Bar –ya mencionado- una 
vía importante hacia la Cerdanya. También se le atribuyó la construcción 
del puente a la altura de Sant Andreu dels Tresponts, vía también muy importante para el tránsito hacia el sur del obispado.
Desde su muerte, su mito y leyenda se extendieron rápidamente. Desde 
el principio, ya se dijo que su cuerpo bajó flotando por el río –en dirección contraria a la corriente del rio- hasta la Seu d'Urgell, donde se paro su 
cuerpo sin vida frente a la catedral y las campanas tocaron solas. Enterrado en el lado norte del transepto, a continuación se produjo una gran sequía. 
Gracias a unas revelaciones se procedió a cambiar el lugar de la sepultura 
y se instaló en el lado sur del mismo transepto. Dicho y hecho, llegó la lluvia 
y desde entonces siempre se le invoca en toda la región contra las sequías.

Fue un buen administrador y defensor de los bienes de su obispado. Un hombre muy fiel y también muy piadoso, según se desprende del texto 
de su testamento y por haber fundado la canónica, para reformar su clero, 
y de haber construido la catedral para aumentar el culto y honor a Dios.
Murió en El Pont de Bar, al caer del puente que se construía en el río Segre, 
el día 3 de noviembre del año 1035. Siete años más tarde el obispado de Urgell ya lo veneraba como santo y posteriormente lo tuvo como patrón.
Su popularidad, y la de sus milagros, se extendió tan pronto que el 1044 ya 
era considerado santo. Muchos son los testimonios que muestran la popularidad del santo en la comarca y, en especial, en su capital. De la
 Feria de Sant Ermengol, la más antigua documentada en la península iberica, tenemos la primera noticia en 1048, cuando el conde Ermengol III de 
Urgell, otorgaba a la canonja, todos los diezmos y teloneus que debían 
tributar los visitantes de la feria.

Otro ejemplo es el Retablo de San Ermengol, obra de Esteban Albert 
(1914-1995), que se representa todos los sábados de verano en el claustro
 de la catedral de la Seu d'Urgell, llevado a cabo por voluntarios del pueblo 
de todas las edades. Podemos encontrar actores que la han representado desde la primera edición así como nuevas incorporaciones. Es una obra
 de teatro de valor histórico para la cultura catalana.

Su festividad se celebra el día 3 de noviembre, ya desde poco después de su muerte comenzó a ser venerado, el 1044 ya consta su culto a “La Seu d'Urgell”.

Mil años del obispo Ermengol (1010-2010)

En el año 1010, ya bien entrado el otoño, Ermengol, hijo de los vizcondes
 de “Conflent”, era consagrado obispo de “Urgell” en la catedral de Santa María de la Sede. En vida, el obispo Ermengol fue uno de los personajes 
más influyentes de aquellos condados cristianos, arrinconados en las estribaciones del Pirineo, que más adelante se fundirían en un país llamado Catalunya, y desarrolló una actividad incansable en la mejora de la vida material y espiritual de los sus fieles.

Obispo reformador, constructor de puentes y caminos, defensor de la
 Iglesia, peregrino y guerrero, Ermengol fue, por encima de todo, un hombre de su tiempo al servicio de la cristiandad y de la Iglesia de “Urgell”.

Su trágica muerte en “El Pont de Bar” el año 1035, en el transcurso
de una visita de obras, consolidó su fama y rodeó su figura de una aureola
 de santidad que fue sancionada e incrementada con la atribución de numerosos milagros vinculados con el beneficio de la lluvia.

Diez siglos después de aquellos acontecimientos lejanos, la ocasión 
de su milenario es el momento más propicio para el recuerdo de uno 
de los personajes más sugestivos de la historia de Catalunya.

Historia aportada por Ermengol Cerqueda, suscriptor del Evangelio 
del día.

:_:_:__::_:_:_:_:_
_:_:_:_:_::_:_:_:_:_:_:
_::_:_:_:_:_:_:_:_:_:_:_:_:_:_

No hay comentarios:

Publicar un comentario