Jueves 09 Enero 2014
San Adrián de Canterbury
Nació en África. Era abad de Nérida, cerca de Nápoles cuando
el Papa San Vitalinano lo escogió por su ciencia y virtud para instruir a la
nación inglesa de Canterbury, aún joven en la fe. San Adrián trató de declinar
la elección recomendando a San Teodoro para el cargo, pero se mostró dispuesto
a compartir los trabajos de la misión.
El Papa accedió a su petición y lo nombró asistente y
consejero del nuevo Obispo. San Teodoro lo nombró abad del monasterio de San
Pedro y San Pablo de Canterbury, donde nuestro santo enseñó el griego, el latín
la ciencia de los Padres, y sobre todo la virtud.
San Adrián ilustró el país con su doctrina y el ejemplo de su
vida, durante treinta y nueve años. Murió el 9 de enero del año 710.
OREMOS
Tú, Señor, que concediste a San Adrián el don de imitar con
fidelidad a Cristo pobre y humilde, concédenos también nosotros, por
intercesión de este santo, la gracia de que, viviendo fielmente nuestra
vocación, tendamos hacia la perfección que nos propones en la persona de tu
Hijo. Que vive y reina contigo.
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