Domingo 30 Marzo 2014
Santa Irene Macedonia
Santa Irene de origen eslavo, vivió en la segunda mitad del
primer siglo, era hija de Licinio gobernante de la ciudad de Magedon en
Macedonia. Ya en su juventud Irene creyó en Jesucristo, al comprender la
futilidad de la vida pagana.
De acuerdo a la tradición fue bautizada por el Apóstol
Timoteo, discípulo del Apóstol San Pablo. Deseando dedicar su vida al Señor,
Santa Irene, renunció al casamiento. Al conocer mas profundamente la fe
cristiana, Santa Irene empezó a convencer a sus padres para que se conviertan
al cristianismo. El padre de Irene en principio comenzó a escuchar sus palabras
con benevolencia. Luego se enojó con ella, y cuando ella renunció venerar a los
ídolos, la arrojó bajo las patas de los caballos salvajes. Sin tocar a la
mártir, los caballos se tiraron sobre el padre y lo aplastaron hasta matarlo.
Cuando por sus oraciones él fue devuelto a la vida, él, toda su familia, y 3000
personas mas se hicieron creyentes.
Después de ello, Santa Irene comenzó con decisión a profetizar
sobre Jesucristo entre los habitantes de Macedonia, por lo cual muchas veces
fue sometida a sufrimientos y humillaciones. Por orden del gobernante de
Sedeka, a Santa Irene la tiraron en un pozo con víboras, luego trataron de
serrucharla, finalmente la ataron a la rueda del molino. Los sufrimientos de
Irene eran acompañados por señales milagrosas, atrayendo a muchos a creer en
Cristo. Así las víboras no tocaban a la mártir, los serruchos no lastimaban su
piel, la rueda del molino no giraba. El mismo atormentador Vavodón creyó en
Jesucristo y se bautizó. En total, gracias a Irene se convirtieron alrededor de
10.000 paganos.
Cuando el Señor comunicó a Irene el día de su deceso, ella se
fue a una gruta dentro de una montaña en las cercanías de la ciudad de Efeso, y
a pedido de ella la entrada fue cerrada con piedras. Al 4° día, sus conocidos
volvieron a la gruta, y, al abrirla, no encontraron en ella el cuerpo de Santa
Irene. Todos comprendieron que ella fue llevada por el Señor al Cielo.
En el antiguo Bizancio era muy venerada la conmemoración de
Santa Irene. En Constantinopla se construyeron varios templos magníficos en su
memoria.
Oremos
Señor, ya que por don tuyo la fuerza se realiza en la
debilidad, concede a cuantos estamos celebrando la victoria de la santa Mártir
Irene que obtengamos la fortaleza de vencer nuestras dificultades como ella
venció los tormentos del martrio. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
OOOOOOOOOOOOOOOO
No hay comentarios:
Publicar un comentario