miércoles, 15 de mayo de 2013

_ MAYO 9 -- 2.013

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Santa María Dominga Mazzarello



(1837-1881)
Beatificada el 20-11-38
Canonizzada el 12-6-51

Maria Dominga Mazzarello, primogénita de siete hijos, nace en Mornese  (Alessandria), Italia, el 9 de mayo de 1837. En familia, junto a su padre José y su madre Maria Magdalena, aprende muy pronto la paciente  espera de  los milagros de la naturaleza, la sencillez y el compartir en  el dolor y la prueba, la dulzura y la serenidad de un núcleo familiar unido en torno a las enseñanzas del catecismo y a la visión de una fe fuerte. Su familia la formó en una piedad sólida, en una laboriosidad incansable y en aquel idéntico sentido  práctico y profundidad de juicio que manifestó después como Superiora.
Con  15 años se inscribió en la Asociación de las Hijas de Mª Inmaculada y se abrió al apostolado de las chicas del pueblo.
La  grave enfermedad del tifus contraída a los 23 años tuvo en ella  una fuerte resonancia espiritual: la experiencia de la  fragilidad física, si por una parte la llevó a un abandono más profundo en Dios, por otra la impulsó a abrir un taller de corte y  confección para enseñar a las muchachas el trabajo, la oración y el amor a Dios.
Gracias a la intensa participación en los sacramentos y bajo la sabia e iluminadora guía de Don Pestarino hizo grandes progresos en la vida espiritual. Con ocasión de la visita de Don Bosco a  Mornese (8-10-1864) dijo: "Don Bosco es un santo y yo lo siento".
En  el 1872  Don Bosco la escogió para iniciar el Instituto de las Hijas de Mª Auxiliadora.
Como Superiora se mostró hábil formadora y maestra de vida espiritual. Tenía el carisma de la alegría serena, irradiando gozo e implicando a otras jóvenes en el empeño de dedicarse a la educación de la mujer.

El  Instituto se desarrolló rápidamente. A su muerte dejó a sus Hijas una tradición educativa permeada de valores evangélicos: la búsqueda de Dios conocido a través de una catequesis  iluminada y un amor ardiente, la responsabilidad en el  trabajo, la lealtad  y la humildad, la austeridad de vida y la gozosa entrega de  sí.
Murió a los 44 años, en Nizza Monferrato el 14 de mayo de 1881,  después de cantar un himno a la virgen Santísima, expiró santamente. Sus tres grandes amores fueron la Eucaristía, María  Auxiliadora  y la juventud pobre para educarla y salvarla
Sus  restos se veneran en la Basílica de Mª Auxiliadora en Turín. Su fiesta se celebra el 13 de mayo.







Oremos

Tú, Señor, que concediste a Santa María Dominga Mazzarello el don de imitar con fidelidad a Cristo pobre y humilde, concédenos también a nosotros, por intercesión de esta santa, la gracia de que, viviendo fielmente nuestra vocación, tendamos hacia la perfección que nos propones en la persona de tu Hijo. Que vive y reina contigo.





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Santo(s) del día


Santa María Dominga Mazzarello
Beata Teresa de Jesús - (Carolina Gerhardinger)
San Gregorio Ostiense
Profeta Isaías
San Pacomio Egipto
Santa Casilda Burgos
San Hermas Roma
San Geroncio Cervia
San Beato
San Gregorio  Ostia
Beato Juan Wágner


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jueves 09 Mayo 2013+

Beata Teresa de Jesús - (Carolina Gerhardinger)








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jueves 09 Mayo 2013

San Gregorio Ostiense


Obispo († 1044) Se le conoce como abad del monasterio de san Cosme y san Damián, en Roma.  El Papa Juan XVIII lo hace obispo de Ostia y luego lo eleva al cardenalato, pasando a ser Bibliotecario Apostólico, puesto que mantuvo durante cuatro papados.    En la primera mitad del siglo XI, como Legado papal ante las Cortes de Burgos y Pamplona.
Tuvo que ver su envío desde Roma con las cuestiones relativas a la organización eclesiástica de España en una coyuntura en la que se hacía  necesaria la determinación de los límites de las diócesis que era origen y fuente de numerosos conflictos y no sólo por interferencias de jurisdicción episcopal, sino también por la pertenencia a distintos soberanos.
Gregorio no olvidó nunca lo principal de su persona, el ejercicio del ministerio sacerdotal. Predicó en Calahorra y Logroño entre otras poblaciones de la Rioja y Navarra, destacando en sus pláticas la necesidad de conversión y penitencia.
Parece ser que esta fue la ocasión en que santo Domingo de la Calzada vivió algún tiempo en su compañía.   Agotado y enfermo se retiró a Logroño donde  murió alrededor del año 1044; pero su cuerpo se venera en la iglesia de san Gregorio de Pinave, entre Viana y Logroño.







Oremos

Confesamos, Señor todopoderoso, que sólo tú eres santo y que sin ti nadie es bueno, y humildemente te pedimos que la intercesión de San Gregorio Ostiense venga en nuestra ayuda para que de tal forma vivamos en el mundo que merezcamos llegar a la contemplación de tu gloria. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.


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jueves 09 Mayo 2013

Profeta Isaías



No todos los Profetas nos dejaron sus visiones en forma de escritos. De Elías y Eliseo, por ejemplo, sólo sabemos lo que nos narran los libros históricos del Antiguo Testamento, principalmente los libros de Samuel y de los Reyes.

Entre los vates cuyos escritos poseemos es, sin duda, el mayor Isaías, hijo de Amós, de la tierra de Judá, quien fue llamado al duro cargo de profeta en el año 738 a.C., y cuya muerte ocurrió probablemente bajo el rey Manasés (693-639). Según una antigua tradición judía, murió aserrado por la mitad, a manos de verdugos de este impío rey. En 442 d. C. su restos fueron transportados a Contantinopla. La Iglesia celebre su memoria el 6 de julio.

Isaías es el primero de los Profetas del Antiguo Testamento, desde luego por lo acabado de su lenguaje que representa el siglo de oro de la literatura hebrea, mas sobre todo por la importancia de los vaticinios que se refieren al pueblo de Israel, a los pueblos paganos y a los tiempos mesiánicos y escatológicos. Ningún oto profeta vio con tanta claridad al futuro Redentor, y nadie, como él, recibió tantas ilustraciones acerca de la salud mesiánica, de manera que San Jerónimo no vacila en llamarlo "el Evangelista entre los Profetas".

Distínguense en el Libro de Isaías un Prólogo (cap. 1) y dos partes principales. La primera (cap. 2 a 35) es una colección de profecías, exhortaciones y amonestaciones, que tienen como punto de partida el peligro asirio, y contiene vaticinios sobre Judá e Israel (2, 1 a 12, 6), oráculos contra las naciones paganas (13, 1 a 23, 18); profecías escatológicas (24, 1 a 27, 13); amenazas contra la falsa seguridad (28, 1 a 33, 24), y la promesa de salvación de Israel (34, 1 a 35, 10). Entre los profetas descuellan las consignadas en los capítulos 7 a 12. Fueron pronunciadas en tiempo de Acaz y tienen por tema la encarnación del Hijo de Dios, por lo cual son también llamadas El Libro de Emmanuel.

Entre la primera y segunda parte media un trozo de cuatro capítulos (36 - 39), que forma algo así como un bosquejo histórico.

El capítulo 40 da cominezo a la parte segunda del libro (cap. 40 a 66), que trae veintisiete discursos, cuyo fin inmediato es consolar con las promesas divinas a los que iban a ser desterrados a Babilonia, como expresa El Eclesiástico (48, 27 s.).

Fuera de eso, su objeto principal es anunciar el misterio de la Redención y de la salud mesiánica, a la cual precede la pasión del siervo de Dios, que se describe proféticamente con la más sorprendente claridad.

No es de extrañar que la crítica racionalista haya atacado la auntenticidad de esta segunda parte, atribuyéndola a otro autor posterior al cautiverio babilónico. Contra tal teoría, que se apoya casi exclusivamente en criterios internos y linguísticos, se levanta no sólo la tradición judía, cuyo primer testigo es Jesús, hijo de Sirac, (Ecli. 48, 25 ss.), sino también toda la tradición cristiana.

Para la interpretación del profeta Isaías y de todos los profetas hay que tener presente el decreto de la Pontificia Comisión Bíblica, del 29 de junio de  1908, que establece los siguientes principios:

1. No es lícito considerar las profecías como productos de la historiografía post eventum, es decir, compuestos después de los acontecimientos que se pretende vaticinar.

2. La opinión de que Isaías y los demás Profetas sólo anunciaron cosas fáciles de conjeturar, no se compagina con las profecías, especialmente con las mesiánicas y escatológicas; ni con la opinión general de los Santos Padres.

3. No se puede admitir que los Profetas debieran hablar siempre en forma inteligible, y que por esto la segunda parte del libro, en la cual el profeta consuela a las futuras generaciones, como si viviese en medio de ellas, no pueda tener por autor a Isaías.

4. La prueba filológica, sacada del lenguaje y estilo, para combatir la identidad del autor del libro de Isaías, no es de tal índole que obligue a reconocer la pluralidad de autores.

El creyente que lea este divino libro con espíritu de oración, no tardará en descubrir que las profecías no son simples anuncios, sino que contienen ricas enseñanzas de vida espiritual, preciosas para anunciar nuestra fe y esperanzas.







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¡Columnas de la Iglesia, piedras vivas! ¡Profetas de Dios, grito del Verbo! Benditos vuestros pies, porque han llegado para anunciar la paz al mundo entero.

De pié en la encrucijada de la vida, del hombre peregrino y de los pueblos, llevais agua de Dios a los cansados, hambre de Dios lleváis a los hambrientos.

De puerta en puerta va vuestro mensaje, que es verdad y es amor y es Evangelio. No temáis, pecadores, que sus manos son caricias de paz y consuelo.

Gracias, Señor, que el pan de tu palabra nos llega por tu amor, pan verdadero; gracias, Señor, que el pan de vida nueva nos llega por tu amor, partido y tierno. Amén

Cristo ha constituído a unos, apóstoles; a otros profetas, a otros, evangelistas; a otros pastores y doctores, para el perfeccionamiento de los fieles, en función de su ministerio, y para la edificación del cuerpo de Cristo; hasta que lleguemos todos a la unidad en la fe y en el conocimiento del Hijo de Dios, al hombre perfecto, a la medida de Cristo en su plenitud. (Ef. 4, 11-13 )





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jueves 09 Mayo 2013

San Pacomio Egipto





(287-347) nació en el Alto Egipto, en el seno de una familia pagana que vivía de acuerdo con los usos y costumbres de la sociedad del Imperio Romano.
A la edad de 20 años, San Pacomio fue enrolado contra su voluntad en el ejército. Sin embargo, su carácter independiente y su fuerte personalidad le crean conflictos con sus superiores, y eventualmente es encarcelado.
En prisión el joven soldado conoce a un grupo de cristianos que había sido arrestado, y le impresiona vivamente su caridad y su tranquilidad de espíritu.
Al ser liberado, San Pacomio se integra a una comunidad cristiana al sur de Egipto, en la actual Kasr-es-Sayad, donde recibe el bautismo. Ahí descubre que su verdadera vocación es llevar una vida ascética, y decide peregrinar en soledad.
En 320, en Tabennisi, la actual Dandara, en la orilla derecha del Nilo, San Pacomio fundó un monasterio, del cual se convirtió en su primer abad. La leyenda cuenta que el sitio le fue señalado por un ángel, que también le transmitió la rígida regla que habría de seguir la orden.
Al ir juntándosele adeptos, la fama del monasterio se propagó rápidamente, y el monasterio creció. En aquella época, la idea de una comunidad de monjes era nueva, pues hasta entonces se acostumbraba el retiro solitario de los ermitaños.
Al morir, San Pacomio dejó un legado de nueve monasterios para varones, con una población de 9000 monjes, así como dos conventos para mujeres. Todos ellos eran autosuficientes, pues producían lo necesario para subsistir sin necesidad de contacto con el mundo exterior.
SAN PACOMIO nos enseña que la fortaleza de carácter es un don ejemplar que puede ser transmitido.






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jueves 09 Mayo 2013

Beato Juan Wágner



Beato Juan Wágner, cartujo en Utingen, y luego solitario, por un permiso especial del papa Inocencio VIII, en uno de los más altos picos de Suiza, el monte Pilato, 1516.






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