•jueves 25 Diciembre 2014
Beata María de los Apóstoles von Wüllenweber
Beata María de los Apóstoles von Wüllenweber, virgen y fundadora
•En
Roma, beata María de los Apóstoles (María Teresa) von Wüllenweber, virgen, alemana de
origen, que inflamada por el ardor misionero fundó el Instituto de Hermanas del
Divino Salvador, en Tivoli, población del Lacio.
•Therese von Wüllenweber nació un 19 de febrero de
1833, en el seno de una noble familia alemana, en concreto en el castillo de Myllendonk, no lejos de la ciudad de
Colonia. Fue la primera de cinco hermanas y creció en un hogar devoto y lleno
de vida y amor, recibiendo una notable educación, como le correspondía por su
nobleza.
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•Poseía
desde temprana edad una inclinación a la vida apostólica y en concreto a la
actividad misionera y toda su vida fue una continua búsqueda y maduración de
este ímpetu/vocación, pero en aquel tiempo no existía una orden femenina donde
ella pudiera tener una experiencia misionera. En 1875 conoció al Obispo
Raimondi -Vicario Apostólico de Hong Kong- quién, viendo su gran espíritu
misionero, le animó a establecer una nueva fundación misionera. Pero no era el
tiempo adecuado, el «Kulturkampf», una legislación
anticatólica, había prohibido entre otras cosas el establecimiento de nuevas
comunidades religiosas en Alemania. Sin embargo Teresa emitió ese mismo año un
voto privado de que su vida y sus bienes serían dedicados enteramente para el bien
de las misiones y de la iglesia. En esos días plasmaba su celo y entusiasmo
misionero en un poema titulado «Impulso».
•Teresa
rondaba ya los 50 y no había encontrado lo que buscaba. Sin embargo todo esto
cambió el 12 de abril de 1882 cuando por casualidad (si existe la casualidad)
cayó en sus manos el «Kölnische Volkszeitung» en el que se anunciaba la
publicación misionera de los salvatorianos «Der Missionär». Ahí leyó que el objetivo
de esta nueva sociedad era difundir y defender la fe católica mediante todos
los medios y maneras posibles, en casa y en las misiones. Inmediatamente se
puso en contacto con el P. Lüthen
en Munich y luego ya todo fue muy
deprisa. El 4 de julio se encuentra con el P. Jordan, que sólo 6 meses antes (el 8 de
diciembre de 1881) había fundado a los Salvatorianos, y ambos descubren tener
la misma vocación y carisma por la misión y el trabajo apostólico y que la mano
de la Divina Providencia les había unido. Teresa quedó sorprendida por la
persona del Fundador: «¡Se quedó con nosotras 3 días! Difícilmente podría aguardarme
una alegría más grande. Me dio la impresión de un ferviente y verdadero
apóstol. Me pareció un santo mandado por Dios mismo».
•El
resultado de este mutuo sentir, y una vez superadas un sin fin de dificultades
y pruebas, fue la Fundación en Tívoli
(cerca de Roma) el 8 de diciembre de 1888 de la Congregación de las Hermanas
del Divino Salvador. Teresa en adelante sería María de los Apóstoles. El 25 de
marzo de 1889 emitía públicamente sus votos perpetuos y Jordan la designó Superiora
General. La Comunidad de las Salvatorianas creció rápidamente: En 1892 había 50 Hermanas en Tívoli y el informe de 1900 habla
de 120.
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•Si
bien el deseo misionero de la Madre María no pudo ser realidad en su propia
persona, pronto sí lo fue en la Congregación, «su fuego fue prendiendo otros
fuegos»: En diciembre de 1890 las primeras 3 Hermanas acompañaban a 2 Padres y
2 Hermanos a ASSAM / La India para iniciar la Primera Misión Salvatoriana. Tres años después 5
Hermanas iniciaron otro proyecto misionero en Ecuador. Y en mayo de 1895 otras
3 Hermanas iban a los Estados Unidos. Hoy 1.250 Hermanas trabajan en 30 países
repartidos por los 5 Continentes. El 25 de diciembre de 1907, a medianoche,
durante la celebración de la liturgia de Navidad, Madre María se fue de Roma al
Cielo. Pasado un corto tiempo y desde fuera de la comunidad fueron llegando
reconocimientos de su santidad. La devoción hacia ella crecía. El Papa Pablo VI
beatificó a la Madre María de los Apóstoles el 13 de Octubre de 1968 destacando
durante su homilía «su espíritu misionero en un tiempo en que no había mujeres
misioneras». El gran amor de la Madre María por las misiones y su espíritu
apostólico siguen encendiendo hoy los corazones de muchas mujeres y hombres salvatorianos alrededor del mundo.
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•Fernando
López, SDS en Amsala, revista de la Asociación Misionera Salvatoriana para
Latinoamérica,
nº 47, abril de 2008, pp 16-17.
•fuente: Congregación
•
OOOOOOO
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