martes 23
Diciembre 2014
San Teódulo de Creta
Santos Teódulo y nueve compañeros de Creta, mártires
En Gortina, de la isla de Creta, diez
santos mártires: Teódulo, Saturnino, Euporio, Gelasio, Euniciano, Zótico, Poncio, Agatopio, Basílides y Evaristo, todos los
cuales, durante la persecución bajo el emperador Decio, negándose a sacrificar públicamente
en la dedicación del templo de la diosa Fortuna, sufrieron tormentos y fueron
finalmente decapitados.
En cuanto se publicó el
edicto de Decio contra los cristianos, un
cruel gobernador de la isla de Creta inició la persecución. Las víctimas más
distinguidas fueron los Diez Mártires de Creta: Teódulo, Saturnino, Euporo, Gelasio, Euniciano, Zótico, Cleomenes, Agatopo, Basílides y Evaristo. Los tres
primeros eran originarios de Gortina,
la capital. Los jueces les ordenaron que ofreciesen sacrificios a Júpiter, pues
ese día se celebraba una fiesta en su honor. Ellos replicaron que jamás
ofrecerían sacrificios a un ídolo. El presidente dijo: «Vais a ver lo que es el
poder de los dioses, vosotros, que despreciáis a esta gran asamblea en la que
se rinde culto a los omnipotentes Júpiter, Juno, Rea y otras divinidades». Los
mártires respondieron que conocían perfectamente la leyenda de la vida de
Júpiter, y que seguramente quienes lo consideraban como una divinidad debían
tener por virtud el imitar sus vicios.
La chusma hubiese acabado
ahí mismo con los mártires, si el gobernador no la hubiese contenido para
someterlos a la tortura. Los tres sufrieron con gran alegría. A los gritos de
la multitud, que los exhortaba a obedecer y ofrecer sacrificios para salvarse,
respondieron: «Somos cristianos, y preferiríamos morir mil veces». Finalmente,
el gobernador se dio por vencido y los condenó a morir por la espada. Los
mártires se dirigieron gozosos al sitio de la ejecuión, pidiendo a Dios que se
mostrase misericordioso con ellos y con toda la humanidad y que disipase las
tinieblas de la idolatría entre sus compatriotas. La multitud se dispersó
después de la ejecución. Los cristianos sepultaron a los mártires, cuyas reliquias
fueron trasladadas más tarde a Roma. Los Padres del Concilio de Creta (458)
afirmaron en una carta al emperador León I que la isla de Creta se había
preservado hasta entonces de la herejía, gracias a la intercesión de estos
mártires. La población en la que tuvo lugar la ejecución se llama actualmente «Hagiogi Deka» (Diez Santos); se
conserva una dala rota, en la que hay diez depresiones, que, según la
tradición, señalan el sitio en el que se arrodillaron los mártires para recibir
el golpe fatal.
A. Papadopulos-Kerameus en sus Analecta, vol. IV, pp. 224-237.
Metafrasto; puede verse en Migne, PG., vol. CXVI, pp.
565-573. La tradición de este martirio se conserva muy viva en Gortina. Véase Analecta Bollandiana, vol. XVIII (1899), p.
280.
fuente: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston,
SI
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