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Viernes 07 Febrero 2014
San Tobías
Uno de los libros más agradables de la Sagrada Escritura es el
de Tobías. Este santo fue siempre un exacto cumplidor de sus deberes
religiosos. Siendo todavía muy joven, cuando sus familiares se apartaron de la
verdadera religión y empezaron a adorar al becerro de oro, él en cambio nunca
quiso adorar ese ídolo y era el único que en su familia iba en las grandes
fiestas a Jerusalén a adorar al verdadero Dios.
Se casó con una mujer de su propia religión, llamada Ana, y
tuvo un hijo al cual le puso también el nombre de Tobías. Cuando el pueblo de
Israel fue llevado cautivo a Nínive, Tobías tuvo que ir también allá en
destierro, pero allá le concedió Dios la simpatía de los gobernantes y llegó a
ocupar un alto puesto en la administración del gobierno. Sin embargo, un nuevo
rey ordenó la matanza de todos los israelitas; incluso prohibió su sepultura a
fin de que sean los cuervos quienes comiesen sus cuerpos. Pero Tobías, que era
muy piadoso y muy caritativo, se dedicó de noche a sepultar los cadáveres de
sus paisanos.-
Tobías fue preso de muchos sacrificios y desdichas; pero su
entrega generosa y caritativa hacia los más necesitados, así como su constante
oración fueron suficientes para que el Señor aplaque todos sus males, y que
Tobías y toda su familia pronto gozasen de mucha paz y felicidad.
Esta sublime historia nos presenta el modelo de la familia
cristiana, de la felicidad del hogar, que se encuentra en Dios, de los
privilegios que Él concede a los que confían en su paternal misericordia.
Ninguna pareja de jóvenes cristianos debería llegar al matrimonio sin haber
leído éste libro y meditado el secreto de la dicha envidiable que ésta santa
familia ofrece a la imitación de los que quieren vivir su fe.
El fin del libro de Tobías es mostrar los caminos de la Divina
Providencia que pone a prueba nuestra fe (I Pedro 1,7), más al fin todo lo
convierte en consuelo y nuevos favores.
Tobías se encuentra cautivo en Nínive, unos 700 años antes de
Jesucristo. Brillan en él extraordinariamente las virtudes de la religión, la
fe en las divinas promesas, la firme esperanza en Dios, que le da alegría y
fortaleza en las pruebas, y la más tierna caridad para con el prójimo. Tobías,
el joven, es un modelo de hijo, lo mismo que su esposa, la joven Sara en quién
se cumplen las palabras de Prov. 19,14: “ casa y riqueza se heredan de los
padres; mas la mujer prudente la da solo el Señor”
En cuanto a la cuestión de la composición, los dos Tobías
mismos parecen ser los autores de éste libro, ya que en los tres primeros
capítulos de los textos griegos y ciríacos, Tobías habla en primera persona.
Ésta opinión se funda también en la versión griega, que dice en 12,20: “
escribir en un libro todo lo acaecido”. Sin embargo, muchos expositores creen
que el libro, tal como hoy se presenta, fue redactado en el tiempo en que el
hebreo había dejado de ser lengua del pueblo.
En la Iglesia Católica se cita el libro de Tobías entre los
Libros Sagrados desde la era apostólica
Himno
Cantemos al Señor con alegría,
unidos a la voz del Pastor Santo;
demos gracias a Dios, que es luz y guía,
solícito pastor de su
rebaño.
Es su voz y su amor el que nos llama
en la voz del pastor que él ha elegido,
es su amor infinito el que nos ama
en la entrega y amor de
este otro cristo.
Conociendo en la fe su fiel presencia,
hambrientos de verdad y
luz divina,
sigamos al pastor que
es providencia
de pastos abundantes
que son vida.
Apacienta, Señor, guarda a tus hijos,
manda siempre a tu mies
trabajadores;
cada aurora, a la
puerta del aprisco,
nos aguarde el amor de
tus pastores. Amén
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