martes, 24 de marzo de 2015

15 Febrero__ San Claudio de La Colombière, San Faustino de Brescia Y OTROS .


domingo 15 Febrero 2015



San Claudio de La Colombièrereligioso presbítero
En
Paray-le-Monial, de Borgoña, en Francia, san Claudio La Colombière, presbítero de la Orden de la Compañía de Jesús, que, siendo hombre entregado a la oración, con sus consejos dirigió a muchos en su esfuerzo para amar a Dios.
San Claudio de la
Colombiere, sacerdote jesuita, fue el primero en creer en las revelaciones místicas del Sagrado Corazón recibidas por Sta. Margarita en el convento de Paray le Monial, Francia. 
Gracias a su apoyo la superiora de Margarita llegó también a creer y la devoción al Sagrado Corazón comenzó a propagarse.  San Claudio no solo creyó sino que en adelante dedicó su vida a propagar la devoción siempre unido espiritualmente a Sta. Margarita en cuyo discernimiento confiaba plenamente. 
Sacerdote santo y sabio que supo discernir muy bien la auténtica intervención divina en el alma de Sta. Margarita a pesar que hasta entonces todos los teólogos y las religiosas la  despreciaban y hasta algunos la tenían por posesa. El santo Claudio nació en Saint-
Symphorien d'Ozon, cerca de Lyón, en 1641. Su familia estaba bien relacionada, era piadosa y gozaba de buena posición. No poseemos ningún dato especial sobre su vida antes de ingresar en el colegio de la Compañía de Jesús de Lyón.
Aunque sentía gran repugnancia por la vida religiosa, logró vencerla y fue inmediatamente admitido en la Compañía. Hizo su noviciado en Aviñón y, a los dos años, pasó al colegio de dicha ciudad a completar sus estudios de filosofía. Al terminarlos fue destinado a enseñar la gramática y las humanidades, de 1661 a 1666. Desde 1659, la ciudad de Aviñón había presenciado choques constantes entre los nobles y el pueblo En 1662, ocurrió en Roma el famoso encuentro entre la guardia pontificia y el séquito del embajador francés.
A raíz de ese incidente, las tropas de Luis XIV ocuparon Aviñón, que se hallaba en el territorio de los Papas. Sin embargo, esto no interrumpió las tareas del colegio, y el aumento del calvinismo no hizo más que redoblar el celo de los jesuitas, quienes se consagraron con mayor ahínco a los ministerios apostólicos en la ciudad y en los distritos circundantes. En 1673, el joven sacerdote fue nombrado predicador del colegio de Aviñón. Sus sermones, en los que trabajaba intensamente, son verdaderos modelos del género, tanto por la solidez de la doctrina como por la belleza del lenguaje.
El santo parece haber predicado más tarde los mismos sermones en Inglaterra, y el nombre de la duquesa de York (María de Módena, que fue después reina, cuando Jacobo II heredó el trono), en cuya capilla predicó Claudio, está ligado a las ediciones de dichos sermones. El santo, durante su estancia en París, había estudiado el Jansenismo con sus verdades a medias y sus calumnias, a fin de combatir, desde el púlpito sus errores, animado como estaba por el amor al Sagrado Corazón, cuya devoción sería el mejor antídoto contra el Jansenismo. A fines de 1674, el P. La
Chaize, rector del santo, recibió del general de la Compañía la orden de admitirle a la profesión solemne, después de un mes de ejercicios espirituales en la llamada "tercera probación". Ese retiro fue de gran provecho espiritual para Claudio que se sintió, según confesaba, llamado a consagrarse al Sagrado Corazón.
El santo añadió a los votos solemnes de la profesión un voto de fidelidad absoluta a las reglas de la Compañía, hasta en sus menores detalles. Según anota en su diario, había ya vivido durante algún tiempo en esa fidelidad perfecta, y quería consagrar con un voto su conducta para hacerla más duradera. Tenía entonces treinta y tres años, la edad en la que Cristo murió, y eso le inspiró un gran deseo de morir completamente para el mundo y para sí mismo. Como escribió en su diario: "Me parece, Señor, que ya es tiempo de que empiece a vivir en
y sólo para , pues a mi edad, Tú quisiste morir por mí en particular". El P. La Colombiére fue beatificado en 1929 y su Santidad Juan Pablo II lo declaró santo en 1992. La Iglesia Universal celebra su fiesta el día 15 de febrero.




Oración de San Claudio de la Colombiere S.J.

JESÚS, AMIGO ÚNICO Esta oración está sacada de la 39ª de las "Reflexiones cristianas" (O.C. V, pág. 39); a propósito de S. Juan Evangelista, nos propone que recemos a Jesús, único. y verdadero.

 Amigo. Jesús, Tú eres el Amigo único y verdadero; no sólo compartes cada uno de mis padecimientos, sino que lo tomas sobre Ti y conoces el secreto de transformármelo en gozo. Me escuchas con bondad y, cuando te cuento mis amarguras, me las suavizas.

Te encuentro en todo lugar, jamás te alejas y, si me veo obligado a cambiar de residencia, te encuentro allí donde voy. Nunca te hartas de escucharme;, jamás te cansas de hacerme bien. Si te amo, estoy seguro de ser correspondido; no tienes necesidad de lo mío ni te empobreces al otorgarme tus dones. No obstante que soy un hombre pobre, nadie (sea noble, inteligente o santo) podrá robarme tu amistad.

La misma muerte que separa a los amigos todos, me reunirá contigo. Ninguna de las adversidades de la edad o del azar lograrán jamás alejarme de ti; más bien, por el contrario, nunca gozaré con tanta plenitud de tu presencia ni jamás me estarás tan cercano, cuanto en el momento en que todo parecerá conspirar contra mi. Sólo Tú aciertas a soportar mis defectos con extremada paciencia. Incluso mis infidelidades e ingratitudes, aunque te ofenden, no te impiden estar siempre dispuesto a concederme tu gracia y tu amor, si yo las deseo.


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domingo 15 Febrero 2015



Santos Faustino y Jovita, mártires
En Brescia, en la región de Venecia, santos Faustino y Jovita, mártires, que recibieron la corona victoriosa del martirio después de muchos combates soportados por la fe de Cristo.
Faustino y Jovita [nombre masculino], que eran hermanos, habían nacido en Brescia, de noble cuna. Las «Actas» de estos mártires son de autoridad dudosa, de suerte que lo único cierto son sus nombres y el hecho de su martirio. Según la tradición de Brescia, ambos santos predicaron valientemente el cristianismo, en tanto que el obispo de la ciudad se había escondido por temor. Su celo excitó la furia de los paganos. Un poderoso señor pagano, llamado Julián, les aprehendió. Los mártires fueron torturados y enviados a Milán. Roma y Nápoles, de donde volvieron finalmente a Brescia. Citaremos un hecho para ilustrar el carácter extravagante de estas novelas hagiográficas: Se cuenta que durante el viaje de Roma a Nápoles, los santos bautizaron a 191,128 personas; 42,118 en
Lubras, 22,600 en el Puente Milvio, 73,200 en Roma y 53,210 en Nápoles. En vista de que ni las torturas ni las amenazas consiguieron doblegar su constancia, el emperador Adriano, que se hallaba de paso en Brescia, ordenó que fuesen decapitados. La ciudad de Brescia les venera como sus principales patronos y pretende poseer sus reliquias.

El P. Fedele
Savio, en Analecta Bollandiana, vol. XV (1896) y otras publicaciones, realizó un profundo estudio del texto más completo de las "actas" de estos mártires y de sus relaciones con Calocero, Calimero, Afra, etc. Sería inútil tratar de resumir aquí sus conclusiones. Existen serias dificultades sobre la realidad histórica de Faustino y Jovita, así como sobre su martirio en Brescia, pero probablemente sería apresurado suprimirlos del calendario. Como lo hizo notar F. Lanzoni en su ensayo sobre Le origini delle diecesi antiche d´Italia (1923), pp. 532-533, los dos escritores más antiguos de Brescia, Filastrio y Gaudencio, no hablan de los patronos locales, a pesar de que por lo menos Gaudencio era un gran predicador y profesaba gran devoción a toda especie de reliquias. El Hieranymianum mencionaba los nombres de los mártires, pero situaba su martirio no en Brescia, sino en Inglaterra; CMH., p. 99. Sin embargo, San Gregorio menciona en sus Diálogos un santuario de San Faustino en Brescia y, en la lista episcopal de dicha ciudad, el sexto obispo lleva el nombre de Faustino. Todo esto parece demostrar que el culto del mártir es muy antiguo.
fuente: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI

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Mártires. Faustino y Jovita que eran hermanos, habían nacido en Brescia, y provenían de una de las más importantes familias de la ciudad.
Según la tradición de Brescia, ambos santos predicaron valientemente el cristianismo, en tanto que el Obispo de la ciudad se había escondido por temor. Su celo excitó la furia de los paganos. Un poderoso señor pagano, llamado Julián, les aprehendió.
Los mártires fueron torturados y enviados a Milán, Roma, y Nápoles, de donde volvieron finalmente a Brescia. Sin embargo, durante la travesía, los santos consiguieron bautizar a una multitud de gente; solo por citar un ejemplo en el viaje de Roma a Nápoles, bautizaron a 191.128 personas.
En vista que ni las torturas ni las amenazas consiguieron doblegar su constancia, el emperador Adriano, que se hallaba de paso en Brescia, ordenó que fueran decapitados. La ciudad de Brescia los venera como sus principales patronos y pretende poseer sus reliquias.




Oremos  

Dios todopoderoso y eterno, que diste a los santos mártires Faustino y Jovita la valentía de aceptar la muerte por el  Nombre de Cristo, concede también tu fuerza a nuestra debilidad para que, a ejemplo de aquellos que no dudaron en morir por ti, nosotros sepamos ser fuerte, confesando tu nombre con nuestras vidas. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.


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Santo(s) del día
San Claudio de La Colombière
San Faustino de Brescia
San Onésimo N.T.
San Isicio de Antoquía
San Saturnino Mártir
Santa Georgia de Auvernia
San Quinidio de Vaison
San Severo del Lacio
San Decoroso de Capua
San Walfrido de Palazzolo
San Eusebio Anacoreta
Beato Ángel Scarpetti
Santa Faustina Ultrecht
San Sigfrido de Växjö
Beato Michal Sopocko
San Guillermo Languedoc
Beato Federico Bachstein


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