viernes
20 Junio 2014
Mártires Ingleses
Mártires
Ingleses
Fueron hombres y
mujeres, clérigos y laicos que dieron su vida por la fe entre los años 1535 y
1679 en Inglaterra. Ya habían surgido dificultades entre
el trono inglés y la Santa Sede que ponían los fundamentos de una previsible ruptura.Luego vinieron los
problemas de ruptura con Roma en tiempos de Enrique VIII, con motivo del
intento de disolución del matrimonio con Catalina de Aragón y su posterior
unión con Ana Bolena, a pesar de que el
rey inglés había recibido el título de Defensor de la Fe por sus escritos
contra la herejía luterana en el comienzo de la Reforma.Pero fue sobre todo
en la sucesión al trono, después de la muerte de María, hija legítima de
Enrique VIII y Catalina de Aragón, cuando comienza a reinar en Inglaterra
Isabel, cuando se desencadenan los hechos persecutorios a cuyo término hay que
contar 316 martirios entre laicos hombres, mujeres y
clérigos.- Primero fueron dos leyes: El Decreto de
Supremacía, y el Acta de Uniformidad (1559). Por ellas el Trono se arrogaba la
primacía en lo político y en lo religioso. Así la Iglesia dejaba de ser
«católica» -universal- pasando a ser nacional -inglesa- cuya cabeza, como en lo
político era Isabel.Fue interpretado
como una desvinculación de Roma, una herejía, una cuestión de renuncia a la fe
que no podía aceptarse en conciencia. De este modo, quienes se negaban al
mencionado juramento o quienes lo rompían quedaban ipso facto
considerados como traidores al rey y eran tratados como tales por los que
administraban la justicia.Vino la excomunión
a la reina por el Papa Pío V (1570). Se endurecían las presiones hasta el punto
de quedar prohibido a los sacerdotes transmitir al pueblo la excomunión de la
Reina Isabel I. En Inglaterra se emanó un Decreto (1585) por el que
se prohibía la misa y se expulsaba a los sacerdotes.Bastaba con
sorprender una reunión clandestina para decir misa, unas ropas para los oficios
sagrados descubiertas en cualquier escondite, libros litúrgicos para los
oficios, un hábito religioso o la denuncia de los espías y de malintencionados
aprovechados de haber dado hospedaje en su casa a un misionero para acabar en
la cuerda.No se relatan aquí
las hagiografías de Juan Fisher, obispo de Rochester y gran defensor de la
reina Catalina de Aragón, o del Sir Tomás Moro, Canciller del Reino e íntimo
amigo y colaborador de Enrique VIII, -por mencionar un ejemplo de eclesiástico
y otro de seglar.Ana Line fue
condenada por albergar sacerdotes en su casa; antes de ser ahorcada pudo
dirigirse a la muchedumbre reunida para la ejecución diciendo: «Me han
condenado por recibir en mi casa a sacerdotes. Ojalá donde recibí uno hubiera
podido recibir a miles, y no me arrepiento por lo que he hecho». Las palabras
que pronunció en el cadalso Margarita Clitheroe fueron: «Este camino al cielo es tan corto como
cualquier otro». Margarita Ward entregó también la vida
por haber llevado en una cesta la cuerda con la que pudo escapar de la cárcel
el padre Watson. Y así, tantos y tantas... murieron mártires de la misa y del
sacerdocio.En la Inglaterra de
hoy tan modélica y proclive a la defensa de los derechos del hombre hubo una
época en la que no se respetó la libertad de conciencia de los ciudadanos y,
aunque las medidas adoptadas para la represión del culto católico eran las
frecuente y lastimosamente usadas en las demás naciones cuando habían de
sofocar asuntos políticos, militares o religiosos que supusieran traición,
pueden verse aún hoy en los archivos del Estado que las causas de aquellas
muertes fue siempre religiosa bajo el disimulo de traición.Y, después de la
sentencia condenatoria, los llevaban a la horca, siempre acompañados por un
pastor protestante en continua perorata para impedirles hablar con los amigos o
rezar en paz
Oremos
Señor y Dios nuestro, que nos das constancia en la fe y fortaleza en la
debilidad , concédenos por el ejemplo y los méritos de los santos mártires
ingleses participar en la muerte y resurrección de tu Hijo para que también
gocemos contigo, en compañía de tus mártires, de la plena alegría de tu reino.
Por nuestro Señor Jesucristo.
OOOOOOOOOOOOOOOOOO
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