Santos Vito, Modesto y
Crescencia
De acuerdo a la leyenda, mártires bajo
Diocleciano; su festividad, 15 de Junio. El primer testimonio de su
veneración es ofrecido por el "Martyrologium Hieronymianum" (ed. De
Rossi-Duchesne, 78: "In Sicilia, Viti, Modesti et Crescentiae").El hecho que
la nota está en los tres más importante manuscritos prueba que esto estuvo
también en el ejemplar común de estos, lo cual apareció en el siglo quinto.
El mismo Martirologio tiene bajo el mismo
día a otro Vito a la cabeza de nueve mártires, con la especificación de
lugar, "En Lucana", esto es, en la provincia Romana de aquel nombre en el Sur
de Italia entre la playa Toscana y el Golfo de Taranto. Es posible que sea el
mismo mártir Vito en ambos casos, porque solamente se dá el nombre del
territorio, no de una ciudad, como el lugar donde el mártir fue venerado.
Este testimonio de la veneración pública de estos tres santos en el siglo
quinto prueba positivamente que ellos son mártires históricos. A pesar de
eso no hay ningún informe histórico de ellos, ni de el tiempo o de los
detalles de su martirio.
Durante el siglo seis y siete una
narrativa puramente legendaria de su martirio apareció lo cual fue basado en
las leyendas, especialmente en la leyenda de Poitus, y ornamentada con las
narraciones de fantásticos milagros. Esto aún existe en varias
versiones, pero no tienen nada de valor histórico.
De acuerdo a esta leyenda Vito fue un niño de
siete años de edad (otras versiones lo ponen de doce años de edad), el hijo
de un senador pagano de Lucana. Durante la era de los emperadores Diocleciano
y Maximiliano, su padre buscó de todas la maneras, incluyendo varias formas
de tortura, hacerlo a él apostatar. Pero él permaneció firme, y Dios lo
ayudó de una forma maravillosa.
El huyó con su tutor Modesto en una
embarcación a Lucana. Desde Lucana el fue llevado a Roma para sacar un
demonio el cual había tomado posesión de un hijo del emperador Diocleciano.
Esto hizo, y aún, debido a que permaneció firme en la Fe Cristiana, fue
torturado junto con su tutor Modesto y su niñera Crescencia. Por un milagro
un ángel trajo de vuelta a los mártires a Lucana, donde ellos murieron por
las torturas que habían soportado. Tres días después Vito se apareció a una
distinguida matrona llamada Florencia, la cual encontró los cuerpos y los
enterró en el sitio donde ellos fueron hallados.
Es evidente que el autor de la leyenda ha
conectado en su invención tres santos los cuales aparentemente
sufrieron muerte en Lucana, y fueron primero venerados en ese
lugar.
La veneración de los mártires se esparció
rápidamente por el Sur de Italia y Sicilia, como se muestra por la nota en el
"Martyrologium Hieronymianum". El Papa Gregorio el Grande menciona un
monasterio dedicado a Vito en Sicilia ("Epist.", I, xlviii, P.L., LXXXVII,
511). La veneración de Vito, el santo del grupo, también apareció
tempranamente en Roma. El Papa Gelasius (492-496) menciona una capilla
dedicada a él (Jaffé, "Reg. Rom. Pont.", 2nd ed., I, 6 79), y en Roma en el
siglo séptimo la capilla de unos diáconos estaba dedicada a él
("Liber Pont.", ed. Duchesne, I, 470 sq.).
En el siglo octavo se dice que las
reliquias de San Vito fueron llevadas al monasterio de San Denis por el Abad
Fulrad. Ellas fueron posteriormente presentadas al Abad Warin de Corvey en
Alemania, el cual las trasfirió solemnemente a esta abadía en el año
836. Desde Corvey la veneración de San Vito se esparció hasta Westfalia y
en los distritos orientales y del Norte de Alemania.
San Vito es invocado, sobre todo contra la
epilepsia, la cual es llamada la Danza de San Vito, y el es uno de los
catorce mártires que otorga ayuda en situaciones de problemas. El es
representado cerca de un caldero de aceite hirviendo, porque de acuerdo a la
leyenda el fue lanzado dentro de un caldero, pero escapó milagrosamente.
La fiesta de los tres santos fue adoptada en
los Martirologios de los inicios de la edad media y es también recordada en
el actual Martirologio Romano el 15 de Junio.
Acta SS., June, II, 1021-1037; MOMBRITIUS,
Sanctuarium, II, 349-351; (2nd ed.), II, 634-638; Catalogus codicum
hagiograph., ed. BOLLANDISTS (Brussels), I, 11-12, 54-56; Mon. Germ. Hist.:
Script., II, 576-585; Historia translationis s. Viti, ed. STENTRUP (Munster,
1906); Bibliotheca hagiographica latina, II, 1257- 1259; Supplementum (2nd
ed.), 308-309; DUFOURCQ, Etude sur les gesta martyrum romains, II (Paris,
1907), 165-177; KESSEL, St. Veit, seine Geschichte, Verehrung und bildlichen
Darstellungen in Jahrbucher des Vereins fur Altertumsfreunde im Rheinlande,
XLIII (1867), 152-183; SCHILDGEN, St. Vitus und der slavische Swantovit in
ihrer Beziehung zu einander in Programme (Munster, 1881).
Oremos:
Suplicámoste, Señor, que, por la
intercesión de tus santos mártires Vito, Modesto y Crescencia, concedas á todos
los fieles santo horror á la mundana sabiduría, y gracia para hacer cada día
nuevos progresos en aquella santa humildad que tanto os agrada; á fin de que,
huyendo y menospreciando todo lo malo, se apliquen libre y generosamente á
practicar todo lo bueno. Por nuestro Señor Jesucristo. Amén
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Santo(s) del día
San Vito
Santa Germana Cousin.
Santa María Micaela
San Modesto Lucania
San Hesiquio Misia
San Dulas
San Libia
San Landelino
San Abraham Clermont
San Orsiesio
Santa Edburga
Beato Pedro Oviedo
Beato Gregorio Venecia
Santa Benilde
San Mentón.
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Esta
santa «sin historia», como se la denomina, es otra de las doctoras en el modo
admirable y heroico de asumir el anonadamiento espiritual y el perdón. Un
ejemplo de vida oculta en Cristo. Pasó su existencia sin realce social ni
intelectual. Deforme de nacimiento, despreciada, maltratada, abandonada de los
suyos, humillada, y destinada a vivir con los animales, en ese calvario
cotidiano, que llevada de su amor a Dios le ofrecía, se labró su morada eterna
en el cielo. Y de eso se trata. Algunas pinceladas de su biografía se
reconstruyeron en diciembre de 1644, casi medio siglo después de su muerte,
cuando se abrió la tumba para enterrar a una parroquiana y hallaron su cuerpo
incorrupto. Dos vecinos, que tenían ya cierta edad y habían sido contemporáneos
de la joven, echaron mano de su memoria y dieron pistas para identificarla.Había
nacido en Pibrac, Francia, hacia 1579 porque se piensa que falleció en 1601
cuando tenía 22 años. Su deceso se produjo en completa soledad, como había
vivido, en el establo y sobre un camastro de rudos sarmientos, acompañada del
ganado que custodiaba. Era hija de Laurent Cousin, quien al enviudar de la madre
de Germana, Marie Laroche, que falleció cuando aquélla tenía unos 5 años,
contrajo matrimonio –era el cuarto para él– con Armande Rajols. Y ésta fue una
auténtica madrastra para la pequeña; no tuvo ni un ápice de compasión con la
niña. Germana había nacido con una pésima salud. Padecía escrófula y presentaba
evidente deformidad en una de sus manos. Ante la pasividad de su padre, Armande
la maltrató cruelmente ideando formas despiadadas para infligirle el mayor daño
posible. Al final, la separó de su hogar, le vetó el acceso a sus hijos y la
destinó al cuidado de las ovejas con las que conviviría hasta el final. Tenía 9
años cuando comenzaron a enviarla a pastorear en la montaña, seguramente con la
idea de ir borrando el recuerdo de su existencia, o hacerla desaparecer bajo las
fauces de los lobos. Arrinconada, considerada una nulidad para cualquier acción
por sencilla que fuera, Germana tuvo dos ángeles tutelares: una iletrada
sirvienta de su familia, Juana Aubian, y el párroco de la localidad, Guillermo
Carné. La primera volcó en ella sus entrañas de piedad hasta donde le fue
posible ya que, en cuanto vieron que podía medio valerse por sí misma, la
enviaron al establo. El excelso patrimonio que Juana le legó fue hablarle del
Dios misericordioso. A su vez el sacerdote, hombre sin duda virtuoso y
clarividente, juzgó que se hallaba ante una elegida del cielo por los signos que
apreciaba en ella: bondad, espíritu de mansedumbre, y una inocencia evangélica
tal que infundía una alegría ciertamente sobrenatural. La mísera ración de
comida, mendrugos de pan que le echaban a cierta distancia en prevención de un
eventual contagio, la compartía con los indigentes. Ni siquiera esta muestra de
compasión consintió la madrastra, y un día la persiguió para darle público
escarmiento. Cuando en presencia del vecindario le arrebató violentamente el
delantal donde guardaba su esquilmada provisión para los pobres, quedó impactada
por el prodigio que se obró en ese mismo instante. Todos vieron cómo se
desprendía del modesto mandil una cascada de flores silvestres bellísimas en una
estación impropia para su nacimiento y en un entorno en el que no solían brotar,
anegando el suelo con sus brillantes colores.Laurent
despertó un día de su cobarde letargo y ofreció a Germana volver al hogar. La
joven agradeció la invitación paterna, pero eligió seguir en el cobertizo. Oraba
cotidianamente por la conversión de Armande, que no terminó de conquistar esta
gracia hasta poco antes de morir. El párroco acogió a la santa como catequista
de los niños que entendían maravillosamente las verdades de la fe a través de
los ejemplos que ponía. Era asidua a la misa, rezaba el rosario y no podía
evitar que fueran haciéndose extensivos los hechos milagrosos obrados a través
de ella, y que ya en vida le dieron fama de santidad. Uno de estos se produjo
nada más morir el 15 de junio de 1601, y fue contemplado por varios religiosos
que se hallaban de paso en Pibrac. Vieron doce formas blancas que se elevaban
hacia el cielo dando escolta a una joven vestida de blanco; llevaba la frente
ceñida con una corona de flores. Al descubrir que había fallecido, todos
supusieron que era Germana que entraba en la eternidad. Fue enterrada en la
iglesia, lugar en el que siguieron multiplicándose los milagros. Los partidarios
de la Revolución intentaron destruir sus restos echándoles cal viva. Pero en el
siglo XVIII volvieron a hallar su cuerpo incorrupto. Pío IX la beatificó el 7 de
mayo de 1854, y la canonizó el 29 de junio de 1867.
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Santa
María Micaela del Santísimo Sacramento
Virgen, fundadora, entregada hasta la muerte
al amor divino. Nació en Madrid en 1809 y allí, al visitar el Hospital de San
Juan de Dios, nació su vocación de consagrarse a la educación de la juventud
inadaptada socialmente. El amor a Cristo en la eucaristía fue el alma de su
obra. Fundó el Instituto de Adoratrices Esclavas del Santísimo Sacramento y de
la Caridad. Tuvo como director espiritual a San Antonio María Claret. Murió en
Valencia, al atender a los enfermos de cólera, el 24 de agosto de 1865. Fue
canonizada en 1934.
LA TRANSFORMACIÓN EN EL ESPIRITU SANTO De
los escritos de santa María Micaela. El día de Pentecostés sentí una luz
interior y comprendí que era Dios tan grande, tan poderoso, tan bueno, tan
amante, tan misericordioso, que resolví no servir más que a un Señor que todo lo
reúne para llenar mi corazón. Yo no puedo querer más que lo que quieras de mí,
Dios mío, para tu mayor gloria. No deseo nada, ni me siento apegada más que a
Jesús sacramentado. Pensar que el Señor se quedó con nosotros me infunde un
deseo de no separarme de él en la vida, si ser pudiera, y que todos le viesen y
amen. Seamos locos de amor divino, y no hay qué temer. Yo no sé que haya en el
mundo mayor dicha que servir a Dios y ser su esclava, pero servirle amando las
cruces como él hizo, y lo demás es nada, llevado por su amor.
Dichosos nuestros pecados, que dan a un Dios
motivo para que ejerza tanta virtud, como resalta en Dios con el pecador. Éste
es tanto más desgraciado cuanto no conoce el valor tan grande de esta alma suya
por la que el Señor derramó toda su sangre. ¿Y dudaremos nosotros arrostrar
todos los trabajos del mundo por imitar en esto a Jesucristo? ¿Y se nos hará
penoso y cuesta arriba dar la vida, crédito, fortuna y cuanto poseemos sobre la
tierra, por salvar una que tanto le costó al Señor, toda su sangre sacratísima y
divina? Yo sé que ni el viaje, ni el frío, ni el mal camino, lluvias,
jaquecas, gastos, todo, me parece nada si se salva una, sí, una. Por un pecado
que lleguemos a evitar, somos felices y le amaremos en pago.
Oremos
Tú, Señor, que todos los años nos alegras con
la fiesta de Santa María Micaela del Santísimo Sacramento concede a los que
estamos celebrando su memoria imitar también los ejemplos de su vida santa. Por
nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
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