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domingo 08 Febrero 2015
Beata María Esperanza de JesUS
ús
Beata
María Esperanza de Jesús, virgen y fundadora
En Collevalenza, en la provincia
de Perugia, Italia, beata María Esperanza de Jesús (Alhama Valera), virgen,
fundadora de las congregaciones de las Esclavas del Amor Misericordioso y de
los Hijos del Amor Misericordioso.
María Josefa Alhama Valera, fue la primera de nueve hijos, nació en Santomera (Murcia , España)
el 29 de septiembre 1893. Su padre era agricultor y su madre ama de casa. La
familia era tan pobre que los padres dieron el consentimiento para que María
Josefa fuera a vivir con el párroco de su pueblo y con las dos religiosas que
le acompañaban. Esto le ayudó a aprender las tareas del hogar y a estudiar sin
tener que ir a ninguna escuela.
En plena juventud va madurando en ella el deseo de dedicar toda su vida a su
amigo Jesús y a la gente pobre y necesitada que ella bien conocía. Ansiosa de
descubrir la voluntad de Dios sobre su vida, se acerca a los lugares del
sufrimiento humano, pero el discernimiento no es fácil. Le hubiera gustado
atender a los enfermos, pero en un hospital, al sorprenderse del poco interés
de la religiosa que la acompañaba ante un moribundo, esta le expresó:
“Tranquila, que pronto se te endurecerá el corazón a ti también”, a lo que la
buena Josefa replicó: “Antes de que se me endurezca el corazón prefiero
marcharme”, y se fue.
A la edad de veintiún años se decide a dar el paso: consagrarse a Dios en la
vida religiosa. Entra en Villena (Alicante) en el último y pobre convento de
las Hijas del Calvario, ya en vías de extinción. Es aquí donde recibe, al hacer
su profesión religiosa, el nombre de Esperanza. Las Hijas del Calvario se
fusionan, al poco tiempo, con el Instituto de las Misioneras Claretianas
dedicado a la enseñanza. También Esperanza entra a formar parte de este
Instituto, donde hace su profesión perpetua.
Años más tarde fue enviada al convento de Vélez Rubio, dedicándose a la
enseñanza de niños. Un año después fue trasladada a Madrid, donde residió con
los Padres Claretianos. En 1930, Madre Esperanza fundó la Congregación de
Esclavas del Amor Misericordioso en la capital española, una congregación que
acogía a pobres y niños.
La noche de Navidad de 1930, en un minúsculo piso de la calle de Velázquez, en
Madrid, con el apoyo económico de la condesa de Fuensalida, y la asistencia espiritual del sacerdote Esteban Ecay, Madre Esperanza
de Jesús puede emitir sus votos con unas pocas Hermanas que la han seguido en
la naciente Congregación de Esclavas del Amor Misericordioso. Pobres como Jesús
en Belén, comen sopa de berzas, duermen en el suelo, apoyando la cabeza en el único
colchón que tienen … y desbordan alegría y entusiasmo.
Los niños serán los primeros beneficiarios y también los pobres, los ancianos y
los sacerdotes. Y sin embargo, la incomprensión, la oposición y la persecución
seguirán acechando. Seguirá el rosario de pruebas que marcan la especial
presencia de Dios en las almas realmente grandes. El Obispo de Madrid, niega su
bendición y aprobación y ordena y manda que nadie la ayude y colabore con ella.
No teniendo permiso para tener el Santísimo en la capilla, durante 30
años, niñas y religiosas desfilaban cada mañana hasta la parroquia más
próxima.
Con gran espíritu creativo y una incansable actividad, ayudada por la
Providencia y por las mediaciones humanas, entre las que cabe destacar a su
gran benefactora y amiga del alma Mª Pilar de Arratia, abre en poco tiempo en España 12 casas para niños
pobres y necesitados, para ancianos y para enfermos que son atendidos incluso a
domicilio. Se trata de las comunidades de Madrid, Alfaro, Bilbao, Larrondo, Colloto, Hecho, Ochandiano, Menagarai, Santurce, Sestao,
San Sebastián y Villava.
La actividad continua, aún más intensa, cuando en 1936 se desencadena la guerra
civil en España con todos los dramas que trae consigo. En esa época hace su
primer viaje a Roma, acompañada de la fidelísima Pilar de Arratia, para dar
comienzo, también allí, a un trabajo generoso entre los pobres de la periferia
romana, en la via Casilina.
Desde allí tiene que defenderse ante el Santo Oficio de acusaciones y
difamaciones sobre su persona y sobre la Congregación recién nacida. Pilar es
un ángel defensor, su confidente y su mejor apoyo en este momento entre los más
duros de su vida.
Estando en Roma, estalla la segunda guerra mundial, entre las bombas y las
amenazas de los alemanes, con las Hermanas acoge niños, esconde prófugos sin
miramientos ideológicos, cura los heridos de los bombardeos, da de comer a
millares de obreros y necesitados en mesas improvisadas, consuela a
todos.
La actividad caritativa en Roma adquirió cotas difícilmente creíbles. Otra vez
comida milagrosa en cantidades industriales para los pobres, la gente que acude
a millares a escudarse con el cuerpo de la Madre cuando la alarma amenaza
bombardeos y esta mujer española que saca aguja e hilo y un cubo de agua limpia
y lava vísceras, cose heridas, recompone cuerpos mutilados, promete con energía
supervivencia y recuperación.
En agosto de 1944 muere Pilar, dejando un vacío enorme en su vida. Una vez
superado este duro momento, reanuda las actividades, los viajes, las nuevas
iniciativas. La posguerra es dura, tanto en Italia como en España; muchas son
las heridas por curar y ella trabaja, anima, y organiza con un ritmo
incansable. Para el Año Santo de 1950 está ultimada la casa generalicia de Roma para
acoger a los peregrinos del mismo año y de los sucesivos. Van naciendo una tras
otra, nuevas fundaciones en Italia: Todi, Gubbio, Pavia, Genova, Vazzola, Borsea, Francenigo, Perugia, Rieti, Colfosco, Fratta Todina.
El 24 de febrero de 1951 anota de nuevo: “El Buen Jesús me ha dicho… que ha
llegado el momento de realizar la fundación de la Congregación de los Hijos de
sus Amor Misericordioso, y que el primero de estos será Alfredo di Penta” Tras el consabido
susto del principio, Alfredo aceptó con ilusión los planes del Señor. A edad
avanzada tuvo que ir a estudiar al seminario de Viterbo, y a pesar de que no
fue fácil unos años más tarde el Santuario de Collevalenza albergó su primera Misa cantada.
El 15 de agosto de 1951 en la capilla de las Hermanas en Roma hacían sus
primeros votos los primeros tres Hijos del Amor Misericordioso. Y tres días
después, el 18 de agosto, se establece con ellos y algunas Hermanas en Collevalenza, un pueblecito de
la Umbria italiana.
Era un pueblo que no llegaba a los mil habitantes, la mayoría diseminados en
caseríos, famoso en la comarca por un bosquecillo de robles "Roccolo", donde los
cazadores se hartaban de coger pájaros con sus redes. Ahí le dio Jesús la
primera explicación: “Esperanza, transformaremos este “roccolo” en lugar de
captación de almas. Llegarán a venir a bandadas, más numerosas que estos
pajarillos. Aquí tienen que aprender a conocerme mejor”
Collevalenza es el lugar donde
Madre Esperanza transcurre los últimos treinta años de su vida, alternando, en
los primeros tiempos, los trabajos del Santuario y edificios anexos, con
frecuentes viajes a las comunidades que van creciendo. En este momento cumbre
de su vida dice de sí misma que se siente como una flauta que difunde la
melodía de la misericordia, como un paño de lágrimas, o como la portera del
Buen Dios que abre los brazos a todos para acercarlos a su corazón de
Padre.
Nunca quería ser la protagonista. Siempre se consideraba un mero instrumento
del Señor, y jamás se atribuía las maravillas que por su medio Dios operaba.
Era Jesús el autor, el protagonista de Collevalenza; ella un simple instrumento en las manos de la
Providencia.
La Madre Esperanza te recibía con la nobleza de una hidalga española- escribe
un italiano- siempre de pie, apoyada un poco con una mano al borde de la mesa,
ya que la salud no colaboraba; te escuchaba atentamente, te miraba con aquella
mirada suya penetrante, te levantaba el ánimo, te encomendaba rezar al Amor
Misericordioso, prometiendo hacer ella lo mismo. Y lo hacía. A veces gran parte
de la noche la dedicaba a orar ante el crucifijo por cada uno de los que habían
pasado ese día a hablar con ella.
En la misma fundación falleció el 8 de febrero de 1983, y en la cripta del
Santuario del Amor Misericordioso descansan desde entonces sus restos mortales.
Fue beatificada la mañana del 31 de mayo de 2014.
fuente: Congregación
Padre
de Misericordia y Dios de todo consuelo, te damos gracias porque, por medio de
la vida y la palabra de la Madre Esperanza de Jesús, nos llamas a tu Amor
Misericordioso. Danos su misma confianza en tu amor paternal y, si está en tus
designios darle la gloria que brindas a quien es fiel a tu Espíritu, y revela
al mundo la bondad de Jesús, por su intercesión, concédenos la gracia [pedir la
gracia que se necesita].
Te
la pedimos confiando en la ayuda de María, Medianera de aquella misericordia
que queremos cantar eternamente. Amén.
Padrenuestro,
Avemaría y Gloria
[Con
aprobación eclesiástica]
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Santo(s) del día
Santa
Josefina Bakhita
San
Jerónimo Emiliani
San
Jean de Matha
Mártires
monasterio de San Dio
San
Nicecio
de Besançon
San
Jovencio
de Pavia
Santa
Cointa
de Alejandría
San
Esteban de Muret
San
Iacuto
de Bretaña
San
Honorato de Milán
Beata
Josefina Gabriela Bonino
Beata
María Esperanza de Jesús
Beato
Pedro Igneo
San
Pablo de Verdún
Santa
Elfleda
de Whitby
Beato
Isaías Boner
San
Mengoldo
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