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Confesor Dumio, situado geográficamente
cerca de Braga - la capital del reino de los suevos-, distingue del otro Martín
de Francia a nuestro Martín. Fue el apóstol de los suevos a los que convirtió al
catolicismo. San Martín Dumiense, según conocemos por el epitafio de su tumba
que escribió él mismo, era oriundo de Panonia, en la actual Hungría. Debió nacer
entre el 510 y el 520.
Quiso vivir el don de la fe en las mismas
fuentes. Peregrina a Palestina con la avidez de conocer, pisar, besar y tocar la
tierra de Cristo; allí aprovecha su tiempo entre oración, mortificación, y el
estudio del griego que le contacta con los santos Padres primeros. Luego pasa
por Roma, donde murió y vive Pedro. Atraviesa el reino de los francos donde se
encuentra con los suevos y aprovecha la oportunidad de hacer apostolado con este
pueblo. Karriarico, rey suevo arriano -habían caído los suevos en el
arrianismo por la actividad del gálata Ayax, enviado por Teodorico- mandó
embajada noble para pedir en la afamada y milagrosa tumba de san Martín de Tours
el portento de la curación de su hijo.
Era ya la segunda vez que lo hacía, la primera
misión no dio el resultado apetecido; ahora manda la ofrenda del peso de su hijo
en oro y plata y presenta la promesa de conversión si obtiene del santo de Tours
lo que humildemente pide. Y se cura el vástago del rey suevo. Es la ocasión para
dejar el arrianismo. San Gregorio de Tours narrará, como testigo presencial,
-dejando en el relato el polvo de la leyenda- el ruego de la doble embajada y la
posterior conversión del bravo pueblo suevo.
Contribuyó a la conversión de los suevos al
catolicismo. En el concilio de Braga del 561 -como un precursor de san Ildefonso
en el III de Toledo- se ha logrado la conversión del rey y del pueblo, se
establece la unidad y se tiene el gozo de escuchar la fórmula del bautismo “en
el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo”. Murió en el año
580.
Oremos
Señor, Dios todopoderoso, que de entre tus
fieles elegiste a San Martín Dumiense, para que manifestara a sus hermanos el
camino que conduce a ti, concédenos que su ejemplo nos ayude a seguir a
Jesucristo, nuestro maestro, para que logremos así alcanzar un día, junto con
nuestros hermanos, la gloria de tu reino eterno. Por nuestro Señor Jesucristo,
tu Hijo.
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Santo(s) del día
San Martín Dumiense
Santa María Josefa del Corazón de Jesús
San Daniel Profeta
Santa Eufemia de Calcedonia
Santa Claudia
San Josë Bilczewski
San Arquipo
San Pablo Siria
Santa Fotina
San Nicetas Valona
San Wulfrano
San Gutberto
San Ambrosio Siena
Beato Evrardo
San Dumio
San Heriberto Inglaterra
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