Lunes 13 AGOSTO
DIA 226 __SEMANA 33 __
San Ambrosio
(hacia 340-397),
obispo de Milán y doctor de la Iglesia
Comentario del Salmo 48,14-15
«Los hijos son libres»
Cuando Cristo reconcilió el mundo con Dios, personalmente no tuvo necesidad de reconciliación el mismo. El que no tuvo ni sombra de pecado no podía expiar sus propios pecados. Así, cuando le pidieron los judíos el didracma del tributo que, según la Ley, se tenía que pagar por el pecado, pregunto a Pedro: «Simón, ¿ los reyes del mundo a quien le cobran impuestos? ¿ A sus hijos o a los extraños?» Pedro contestó:«A los extraños». Jesús le dijo:«Los hijos están exentos. Sin embargo, para no escandalizarlos, ve al lago, echa el anzuelo, coge el primer pez que pique, ábrele la boca y encontrarás una moneda de plata. Cógela y págales por mí y por ti».
Cristo dio a entender con esto que él no estaba obligado a pagar para expiar pecados propios, porque no era esclavo del pecado, sino que, siendo como era Hijo de Dios, estaba exento de toda culpa. El Hijo libera y el esclavo está sujeto al pecado. Por tanto es libre de todo, Jesús no tiene por qué dar ningún precio en rescate de sí mismo, el precio de su sangre es más que suficiente para satisfacer por los pecados de todo el mundo. El que nada debe esté en perfectas condiciones para satisfacer por los demás.
Pero yo veo más. Cristo no necesita pagar por la redención y la expiación de los pecados personales. Si tú consideras a todo hombre creyente, tu le puedes decir que ninguno debe pagar por su propia expiación, porque Cristo ha expiado por la redención de todos.
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